Los santos son todas las personas que están ya ene el cielo. cuando una persona está en el cielo, como está tan cerquita de Papá Dios, puede pedirle o interceder por nosotros y dios los escucha de una manera muy especial porque ellos son sus mejores amigos. Pero como no sabemos quiénes de las personas que ya fallecieron están en el Cielo, quiénes están todavía en el Purgatorio y quiénes están en el Infierno, por eso la Iglesia declara santas a algunas personas, para qye así nosotros tengamos la certeza de que ellas ya están en el Cielo y podamos tranquilamente encomendarles a ellas nuestra intenciones y podamos inmitarlas, sabiendo que llevaron una vida bien y que si vivimos como ellos, también nosotros podremos llegar al Cielo.

¿Cómo sabe la Iglesia que alguien ya está en el Cielo?
Primeramente, debe estar seguro de que el difunto no esté en el Infierno. Una persona puede ir al Infierno si muere estando en pecado mortal. Si una persona muere en esta condición, no tenemos forma de saber si tuvo la intención de confesarse o no, si le pidió perdón a Dios o no, si se arrepintio de sus pecados o no; pero como existe la posibilidad de que no se haya reconciliado con Dios y haya ido al Infierno, una persona que muere en esta situación no puede ser declarada santa. Si una persona, en cambio, murió en estado de gracia, pudo haber ido al Cielo o al Purgatorio; pero la mayoría tenemos que ir primero al Purgatorio a terminar de purgar los pecados que no hayamos alcanzado a purificar con nuestros sufrimientos en esta vida, para que, ya completamente puros, podamos gozar completamente de Dios por el resto de la eternidad. Entonces, la Iglesia tampoco se puede arriesgar a declarar sanata a una persona que nomás haya muerto en estado de gracia. Cuando una persona, en cambio, murió en estado de gracia y ademas pasó su vida haciendo el bien, tratando de no cometer ningún pecado y arrepintiéndose cada que fallaba, esforzándose por ser cada vez mejor, frecuentemente la oración y los sacramentos, entonces sí, más de alguien empieza a sospechar que esa persona sea santa, o sea, que está ya en el Cielo. Cuando las personas que sospechan esto le píden a la Santa Sede, o sea el Papa y a su equipo, que revise si esa persona fallecida será santa o no, y su la Santa Sede revisa el caso y ve que de veras esa persona tuvo muchas virtudes y mucho amor a Dios y al prójimo, entonces abre el proceso de canonización de esa persona, o sea que se va nombrar a una persona para que se encargue de investigar bien la vida de la persona difunta, que ahora es llamada Sierva de Dios. Tiene que pasar muchos años de investigar, entrevistar a las personas vivas que haya conocido al Siervo de Dios, revisar los escritos del Siervo de Dios y esperar a que Dios conceda algunos milagros a través de su intercesión para que el siervo de Dios pueda ser declarado Venerable, luego Beato y finalmente Santo.

El proceso es muy largo y cuidadoso, para no arriesgar a la gente a que tengan por santa a cualquier persona e imiten las cosas que hizo mal. Si Dios concede milagros a través de la intercesión de ese Siervo de Dios, es porque Él mismo está confirmado que ya está con Él y que quiere que sea santo, para que lo imitemos.

¿Por qué nos sirve que haya personas declaradas santas?
Como ya dijimos, los santos son los mejores amigos de Dios y pueden interceder ante Él por nosotros, si nosotros les encontramos nuestras peticiones. Además, si ellos llevaron la vida que llevaron y asi lograron llegar al Cielo, también nosotros podemos llegar al Cielo si los imitamos. Bastaría con imitar a Jesús y con pedirle a Él lo que queremos, pero como Jesús vivió hace tantísimo tiempo, a veces nos resulta mas facíl imitar a algún(a) santo(a) de nuestro país, que haya vivido en un tiempo más cercano al nuestro. Además, ver que hay cada vez más y más podemos lograrlo, y de que no estamos solos sino que hay más gente enamorada de Jesús como nosotros, que buecamos agradarle.